¡Buenas!
Hace una semana se me ocurrió una idea (tampoco es que sea la monda lironda) a raíz de un comentario de Bells en la reseña de Memorias de Idhún: Panteón.
Se cierra el ciclo (aunque siempre con una puerta abierta a curiosos y nostálgicos) de Harry Potter, saga con la que muchos han crecido y con la que, aún más, se engancharon a la lectura.
Y es que todos hemos sido lectores en potencia en algún momento, ¿no? ¿O alguien nació leyendo? Noooorrrrr...
La cosa es: ¿en qué momento dejamos la potencia y la convertimos en realidad?
¿Qué o quién nos empujó al mundo de las maravillas, a perseguir al conejo? ¿Cómo comenzó la odisea?
Como me pica la curiosidad, mucho mucho mucho, lanzo esta pregunta (que en realidad son dos, pero están condensadas en una conjunción de conjunciones):
(No me digáis que la pequeñaja no es monísima)
¿Quién te empujó a leer? ¿Cuál fue tu primera lectura?

¿A qué edad comenzó todo? ¿A la tierna edad de 8 años? ¿Con los 15 recién cumplidos? ¿Ya entrada la madurez? ¡Se admiten encuestas! (xD)
No hagáis mucho caso a las cosas que están entre paréntesis
Para ir dando ejemplo, vamos con lo que nos empujó a nosotras dos a aficionarnos a la lectura (qué digo, ¡a vivir en ella!):
Alice
Le he dado muchas vueltas a mi joven y pronto veinteañera cabecita (estoy en crisis u_u) para recordar qué libro fue el que me ató irremediablemente, en mi etapa de enana (sigo siéndolo, pero en el otro sentido de la palabra), a la literatura.
La cosa estaba entre Robinson Crusoe o El viento en los sauces. Uno de esos dos SEGURO.
Si se tratase de cualquier persona normal, al fallar la memoria, sería imposible (o casi) determinar cuál de los dos fue el primero. Pero como no estamos tratando con una persona normal...
Tengo la costumbre (o al menos la tenía, porque me he ido olvidando de ella u_u) de poner en la primera página, la del título del libro, la fecha en la que aterrizó en mi vida.
Así que sólo he tenido que buscar a mis dos amados compañeros para saber cuál fue el primero *palmadita en la espalda*

Alianza Editorial, 193 páginas, y edición minúscula (incluida la letra).
Fecha: 27-06-03.
O sea, que tenía 11 años cuando me adentré en el mundo de las novelas.
Recuerdo que cayó en un pis-pas, que con el señor Sapo me reía muchísimo, que el señor Tejón me parecía sabio cual Yoda, y que tras terminarlo le dije a mi madre que el topo me recordaba a ella, y viceversa. ¡Siempre con la limpieza de primavera! jajaja
Ays, qué recuerdos *-*
Me pareció, y me sigue pareciendo, un libro precioso. Quizás por el cariño especial que le tengo, quizás porque de verdad lo es. O un poco de ambas cosas.
Es sólo nombrarlo o verlo en mi estantería y ya se me dibuja una tierna sonrisa en la cara.
Sé que conocéis esa sensación :)
Me lo compró mi padre en la librería Herso un día que íbamos de paseo, sin más. Me lo recomendó y yo, como buena hija, hice caso.
Y cómo me alegro de haberlo hecho.
Como dato curioso, deciros que esta novelilla nació de los cuentos que el señor Grahame le contaba a su hijo a la hora de dormir.
Y tiene adaptación cinematográfica, del año 96. Es muy maja, pero nunca como el libro.
Claire
Bueno, yo en mi caso no he tenido ningún problema en acordarme del libro que me enganchó a la lectura. Bien pequeñita, con ocho y nueve años ya me gustaba leer las aventuras de "El Barco de Vapor" que de vez en cuando me compraba mi madre.
Ella ya sabía que yo no me conformaba con las Barbies que todas las niñas querían. No, a mi lo que me gustaba era ser pirata, hablar con los animales y hacer viajes increíbles. Mi imaginación no tardó mucho en desarrollarse, algo bastante útil a la hora de jugar con mi hermano pequeño. Me fui manteniendo con libritos del estilo hasta que un buen día, una compañera de clase me recomendó un libro. Al principio yo, que me creía ya muy adulta, puse cara rara. El libro prometía estar lleno de magia, fantasía y criaturas imaginarias, pero yo apuntaba más hacia los romances...
Salamandra, 254 páginas.
Fecha: 2006
Justo entonces tuve dos momentos que me marcaron. Uno de ellos, que ya lo he comentado, fue cuando se despertó definitivamente mi pasión por la lectura. Y el otro, no tan bueno, fue la primera gran decepción de mi vida. Eché raíces esperando a que una lechuza entrara por mi ventana confirmando mi asistencia a Hogwarts. Evidentemente nunca llegó...
A partir de entonces se fueron sucediendo uno a uno los libros de la saga, todos ellos fantásticos. A su vez fueron llegando las películas, lo que me permitió ponerle cara a los personajes de mi imaginación y seguir con toda esta gran fantasía. El otro día no pude evitar ponerme nostálgica cuando se estrenó la última película, que por cierto no he tenido oportunidad de ver todavía, pero yo soy de las que prefiere un buen libro, algo que siempre tendré conmigo, algo que abrazar cuando llegue a la última de sus páginas, un amigo al fin y al cabo.
Hace ya unas semanas que decidí releer la saga al completo y ahora estoy a punto de empezar ya el cuarto libro, uno de mis preferidos, sin duda.