Reseña: Perdona pero quiero casarme contigo

¡Buenas tardes!

Título: Perdona pero quiero casarme contigo

Título original: Scusa ma ti voglio sposare

Autor: Federico Moccia

Editorial: Planeta 

ISBN: 978-84-08-08940-7

Año de publicación: 2010

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

Número de páginas: 700

Sinopsis

"Alex y Niki están más enamorados que nunca, acaban de volver de unas vacaciones románticas en la Isla Azul, donde han vivido días inolvidables, y la vida les sonríe. De nuevo en Roma, Alex se incorpora a la agencia de publicidad donde, tras el éxito de su anterior campaña, le esperan nuevos proyectos… y también una nueva compañera de trabajo que no pasará inadvertida. Niki, por su parte, conoce a un chico en la universidad que está dispuesto a todo para que ella acabe en sus brazos. Alex y Niki se enfrentarán a nuevos retos que pondrán a prueba lo que sienten el uno por el otro y les harán platearse si deben dar, por fin, el paso definitivo… Para soñar y para el amor hacen falta dos y ninguno debe tener miedo. ¿Están realmente preparados?"

Empecé este libro con ganas, dispuesta a meterme entre pecho y espalda una pastelada de las gordas. Me encantó A tres metros sobre el cielo y fue así como comencé a cogerle el gustillo a Moccia. Me embarqué en Perdona pero quiero casarme contigo sin haber leído Perdona si te llamo amor, con la única referencia de su adaptación cinematográfica, que me dejó más bien indiferente.

Me encuentro con una pareja muy peculiar Álex, un cuarentón en la flor de la vida, y Niki, una veinteañera universitaria que no se conforma con los de su edad.  Todo les va genial, se quieren y disfrutan su amor en  la bella Roma, rodeados por sus amigos de siempre y sus familias, tan comprensivas con todo.

Al principio empecé el libro emocionada e ilusionada por la historia romántica que su portada, título y sinopsis nos cuentan a grito pelado. Desde el primer momento pensé varias cosas: la primera de ellas era que no podían ser más empalagosos, la segunda es que no sé yo si las cosas que hacen sus protagonistas pueden hacerlas las personas normales (véase viajes a diestro y siniestro), y la tercera es que la historia no me parece realista.

Que sí, que está muy bien y es muy bonito que haya tanto amor a pesar de la diferencia de edad, los ambientes tan diferentes en los que se mueven, las compañías… si yo eso lo sé y soy la primera a la que le chiflan estas cosas, pero por favor, que al menos me crea lo que estoy leyendo.

No pude evitar identificarme con Niki y trasladar toda su historia a mi vida, me explico: No quiero ni pensar lo que mis padres me dirían se les digo que salgo con alguien veinte años mayor que yo, no me cuadra mucho la buena vida que lleve a pesar de estar en la universidad (yo que soy ya universitaria desde hace un par de años, me las veo y me las deseo para tomar un café con mis amigas). ¿Cómo serán las universidades en Roma?

No sé, son muchas cosas que me vienen a la cabeza que no encajan con la de una persona normal. O todo está tremendamente idealizado o esto en la vida real sucede a espaldas de mí (y si esto es así de verdad, yo hago ahora mismo la maletica, me compro un billete a Roma de ida y me quedo por allí a ver donde pongo el huevo)

La verdad es que el libro peca de ser poco original. Por un lado, tenemos a Álex, que no puede ser más feliz de lo que es, mientras que sus amigos tienen problemas sentimentales ¡todos a la vez! Eso sí es compenetrarse… Y Niki, que no para de ir a fiestas y de reunirse con sus amigas las Olas. ¡Pero dónde se ha visto tanta fiesta en la Universidad, por favor, si hasta los profesores van a esas fiestas!

Al principio todo es amor, felicidad y bodorrio. Las cosas empezarán a torcerse cuando Niki conoce a Guido, un compañero de la universidad que le hará perder la cabeza un poquito. Por otro lado, Álex estrena a una secretaria que no conoce lo que es el disimulo, en resumen, que le quiere hincar el diente. Además está la boda, algo mágico para Álex (porque “le ha tocado la lotería con Niki”), mientras que para ella no es más que una fuente de inseguridades y de salidas con las insufribles cuñadas. Los agobios empiezan a hacer estragos en la pareja.

Todo discurre así hasta que todo se resuelve de un plumazo en apenas veinte páginas, lo que hace que todo sea más irreal si cabe.

En cuanto a los personajes, muy pocos salen bien parados. Niki me parece una niña caprichosa que quiere tener lo bueno de los cuarenta y de los veinte (y chica, ¡no se puede jugar a dos bandas!), por otro lado, Álex me parece un inseguro de cuidado, que siempre tiene que exagerar hasta el más nimio grano de arena. No se puede ir por la vida hablando como si fueras Shakespeare. (¿De verdad habrá gente que hable así?) Los padres de ella no me gusta ni me disgustan, la única impresión que me dan es que los pobres tienen que estar a lo que quiera su hija, ¡que paciencia tienen durante toda la historia, los pobrecitos! 

A los que no trago es a la familia de Álex, me parecen todos un atajo de estirados. En cuanto al resto de los personajes, puedo decir que realmente he disfrutado leyendo los capítulos en los que aparecían las Olas o los amigos de Álex, siendo sus historias más entretenidas y emocionantes que las de los protagonistas. En especial, me engancharon los capítulos en los que se hablaba de las historias de Flavio, Cristina, Susanna y Enrico. No menciono a Pietro porque tiene bien merecido todo lo que le pasa. 

Pietro mira alrededor, se siente perdido, no sabe qué hacer ni qué decir.

‒Te lo ruego Susanna, dame otra oportunidad…

‒Sí, te la daré. Ahora me voy con ellos a casa, los ducharé y después saldremos. Pasaremos todo el día fuera, iremos a comer al McDonald’s y luego al cine… ‒Pietro espera su respuesta, sonríe. La mira. Susanna prosigue‒: Sí, quiero un día de libertad, tiempo para nosotros. Regresaremos a casa a eso de las once…, ¡ o a medianoche!

‒Sí, querida… Puedes hacer lo que quieras…

‒No necesito tu permiso. Es tu última oportunidad. Si a esa hora no has sacado todas tus cosas del armario, todo lo que hayas dejado olvidado por casualidad, lo quemaré.

Los capítulos dedicados a las Olas, a las amigas de Niki me hicieron pasar muy buenos momentos, sobre todo la historia de Diletta.

Personalmente, creo que tienen más miga los capítulos en los que Niki está con Guido que en los que está con Álex, ya que juntos hacen que el libro sea insufrible. Al margen del contenido de los mismos, el que los capítulos no lleguen a ser muy extensos le da puntos, sobre todo cuando estamos tentados de saltarnos páginas.

Y por último, me queda decir que hay algo que me ha encantado del libro, las descripciones que hace Moccia, un as indiscutible en ese campo. Ahí he podido recordar lo que me hizo enamorarme de A tres metros sobre el cielo.

Niki se dirige serena y segura hacia su casa, dejándose acariciar por la agradable brisa, sin pensar ya en nada, con esa felicidad y esa tranquilidad que en ocasiones te arrollan y te hacen sentir bien, en el centro de todo, sin envidias, celos o preocupaciones, sin saber de dónde procede esa especie de equilibrio cuya perfección te hace temer hasta el mero hecho de pronunciarlo. Te sorprende hasta qué punto puede ser rara y difícil esa delicadísima y mágica armonía en la que tu mundo parece sonar de repente de la manera adecuada. Son instantes. Instantes que deberían vivirse en profundidad porque son inusuales. Y porque en ocasiones pueden concluir de repente sin que haya un auténtico motivo.

La nota de Perdona pero quiero casarme contigo es:

Puedes repetir

La puntuación no ha sido más baja porque, si bien en momentos el libro es insufrible, hacia el final mejora bastante y hasta llegó a producirme curiosidad, aunque no por conocer cómo acaban los protagonistas (algo totalmente predecible) sino por saber qué ocurre con el resto de personajes. 

Un besote churrines