Título: El cuento número trece
Título original: The Thirteenth Tale
Autora: Diane Setterfield
Editorial: Lumen (RHM)
ISBN: 9788426416049
Año de publicación: 2007
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 472
Sinopsis
Entre mentiras, recuerdos e imaginación se teje la vida de la señora Winter, una famosa novelista ya muy entrada en años que pide ayuda a Margaret, una mujer joven y amante de los libros, para contar por fin la historia de su misterioso pasado.
“Cuénteme la verdad”, pide Margaret, pera la verdad duele, y solo el día en que Vida Winter muera sabremos qué secretos encerraba El cuento número trece, una historia que nadie se había atrevido a escribir.
Opinión personal
He de decir que me ha resultado harto difícil empezar esta reseña. Hay tantas cosas que quiero decir de este libro que me parece una tarea imposible hilarlo todo de la manera correcta.
Más de siete páginas de anotaciones sobre El cuento número trece y, delante, el reto de convertir mis apuntes en una reseña a la altura de esta pedazo de novela.
Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia.
Vida Winter, Cuentos de cambio y desesperación
Margaret Lea y Vida Winter son los personajes principales que nos encontramos en esta novela.
Margaret es una joven enamorada de la literatura que trabaja con su padre en una pequeña librería e, interesada por las vidas de gente anónima que ya ha dejado este mundo, se dedica a escribir sus biografías. De vez en cuando, el personaje que vuelve a la vida gracias al trabajo de Margaret no es totalmente desconocido, de modo que consigue llamar la atención de alguien del mundo editorial y su trabajo se publica. Así que, en cierto modo, Margaret Lea es aceptada como una biógrafa más (a pesar de que para ella constituye un pasatiempo más que un verdadero trabajo).
Es su trabajo sobre unos hermanos el que llama la atención de la célebre escritora Vida Winter. Margaret la conoce, por supuesto, pero no por haber leído sus novelas o por haberse interesado en ella. Las novelas de la señorita Winter no son el tipo de libros que llaman la atención de Margaret.
La escritora es famosa por contar mentiras a diestro y siniestro sobre su pasado. Nadie conoce la verdadera historia de Vida Winter. Todo aquel que ha acudido a su casa para que le contara “la verdad” había salido de allí con un bonito relato sacado de la bolsa de retales de la señora Winter.
H ay demasiados libros en el mundo para poder leerlos todos en el trascurso de una vida, de manera que hay que trazar una línea en algún lugar.
Así que cuando la joven encuentra una carta del puño y letra de la escritora pidiéndole que sea su biógrafa, Margaret tiene sus reticencias. No quiere ser otra marioneta en manos de la anciana, no le gustan las mentiras.
Ella quiere la verdad. La quiso siempre, y nunca lo supo hasta que descubrió su propia verdad, la historia de su pasado, siendo aún una niña. La primera vez que sus padres la dejaron sola en casa sin la supervisión de una niñera, Margaret encontró su propia historia debajo de la cama de sus padres, en una lata de galletas.
Y, a pesar de su casi firme decisión de responder con una negativa, Margaret se sorprende a sí misma saliendo de la cama una noche y rescatando del armario de los tesoros literarios un ejemplar de Cuentos de cambio y desesperación, de Vida Winter.
Si ese ejemplar estaba en el armario es porque era único, y eso se debía a que era la primera edición, que no se había titulado así, sino Trece cuentos de cambio y desesperación. La edición había sido retirada casi inmediatamente después de salir, todos los ejemplares excepto uno, devueltos a la imprenta.
¿Por qué? Porque no había tal número trece.
Eso desconcierta a Margaret. Un enigma que pide a gritos ser resuelto.
Me sentía cómoda en las bibliotecas y los archivos y jamás había entrevistado a un autor vivo. Estaba más a gusto con los muertos y, a decir verdad, los vivos me daban miedo.
Tras leer Trece cuentos de cambio y desesperación, la joven continúa con otras novelas de la autora, y pronto se ve atrapada por su pluma.
Cuando llega a la cita con Vida Winter, no puede evitar pronunciar las palabras “mágicas”: “Cuénteme la verdad”.
Y la señora Winter accede.
Pero ahora que la enfermedad la consume y el lobo acecha desde la esquina a la que está relegado por la medicación, ahora que ya no le quedan más relatos que contar para alejar a sus fantasmas, necesita contar la verdad. Necesita deshacerse de esa enorme carga.
Tiene un pacto con el lobo: si él la deja contar su historia, ella no se opondrá el día que decida atacarla y reducirla a la nada.
Poco a poco y sin dejar de lado su propia verdad, sintiendo su presencia a cada momento, Margaret va descubriendo la verdad que se esconde tras la señorita Winter.
Una verdad sobre hermanas. La historia de su familia antes y después de su nacimiento, el día a día en Angelfield House hasta que se desata un terrible incendio que cambia su vida para siempre. Vida se interna cada vez más en su historia, se permite revivirla bajando la guardia, dejando que los fantasmas se acerquen a ella.
Una verdad sobre hermanas. La historia de su familia antes y después de su nacimiento, el día a día en Angelfield House hasta que se desata un terrible incendio que cambia su vida para siempre. Vida se interna cada vez más en su historia, se permite revivirla bajando la guardia, dejando que los fantasmas se acerquen a ella.
Regresé a mi habitación pensando en el relato. Era curioso en más de un aspecto. Estaba, naturalmente, la desaparición de Charlie, que daba un interesante giro a los acontecimientos y me hizo pensar en los anuarios y esa extraña abreviatura: DF. Pero había algo más.
¿Sabía ella que me había dado cuenta? Había intentado disimularlo, pero me había dado cuenta. Ese día la señorita Winter había dicho “yo”.
¿Sabía ella que me había dado cuenta? Había intentado disimularlo, pero me había dado cuenta. Ese día la señorita Winter había dicho “yo”.
Es poco antes de que la señorita Winter muera cuando se descubre finalmente todo. Cuando Margaret ata cabos y une a la historia la información que ha ido recabando por su propia cuenta. Cuando los fantasmas vuelven y aquellos espíritus que nunca fueron tal se muestran como son.
Y al exhalar Vida Winter su último aliento, la hoja en blanco que había constituido el cuento número trece se rellena por fin y el círculo se cierra.
Los papeles secundarios en esta novela no son, para nada, despreciables. No son los personajes que estamos acostumbrados a ver en muchas ocasiones, no son esos tipos que aparecen a lo sumo durante dos capítulos o que permanecen durante toda la historia junto al protagonista pero sin hacer ninguna contribución a que el interés del lector aumente.
No. En esta historia, cada personaje secundario cobra protagonismo y es parte importante de la historia, de la evolución de la trama. Todos y cada uno de ellos tienen algo que decir en la historia de Margaret y de Vida Winter, tan distintas y tan parecidas a la vez.
La narración de la autora no se hace pesada en ningún momento. La novela tiene la agilidad justa y necesaria: no la suficiente como para parecerte que los acontecimientos se precipitan sin orden ni concierto; tampoco la lentitud extrema que te hace resoplar con cada extensión innecesaria de las descripciones o los diálogos.
Ese es otro punto a favor de Diane. Sus descripciones son precisas y sencillas. No escatima en detalles cuando son necesarios, pero tampoco se pasa páginas y más páginas describiendo porque sí (lo cual es de agradecer, porque me desespero con las novelas en las que los autores deciden que el recorrido de un trozo de bocadillo desde la boca hasta el estómago es lo suficientemente interesante como para desviarse del tema principal).
El único punto negativo que le he encontrado a la novela ha sido que, en poco menos de un párrafo, me ha destripado Jane Eyre. Sí, lo sé, muchos de vosotros conocéis la historia (por la novela o por la película), pero yo tengo la firme determinación de no ver ninguna adaptación cinematográfica hasta haber leído la novela de la que proviene (odio estar leyendo y ponerle la cara de los actores a los personajes. Considero que mi imaginación es lo bastante buena por sí misma como para dibujar los personajes en mi cabeza sin la ayuda de un director de casting), así que no conozco la historia aún. Bueno, ahora sí, gracias a la señorita Margaret Lea ¬¬
Puntuación
Para chuparse los dedos
Con un final que te deja atónito y maravillado a la vez por la capacidad de la autora para envolverte de tal manera en la historia que eres incapaz de ver la verdad allá donde Margaret la ve con la misma rapidez que ella, El cuento número trece constituye una obra maestra que, en mi opinión, debería ser un clásico para los amantes de la literatura.
Me pasé la mañana luchando con la sensación de volutas descarriadas de un mundo intentando filtrarse por las grietas de otro. ¿Conoces la sensación de empezar un libro nuevo antes de que la membrana del último haya tenido tiempo de cerrarse detrás de ti? Dejas el libro anterior con ideas y temas –personajes incluso- atrapados en las fibras de tu ropa y cuando abres el libro nuevo siguen contigo.
Bueno, pues esa era la sensación.
¿Aceptas el desafío de encontrar El cuento número trece?
Me alegro que te haya gustado tantísimo porque yo estoy totalmente de acuerdo contigo!
ResponderEliminarEs una novela compleja pero preciosa, con un final a la altura.
Ojalá la autora publique más novelas por aquí.
Un beso
Dácil
Adoré este libro. Lo leí hace dos o tres años y para mí fue absolutamente perfecto. Es una de las mejores novelas que he leído.
ResponderEliminarUn beso
Menuda reseña más completa te has marcado!
ResponderEliminarEl libro lo leí hace3 un tiempo y me gustó, entretenidísimo.
Un abrazo
Me ha atrapado tu reseña. He tenido este libro en las manos como unas veinte veces. He dudado muchísimas veces, pero al final mi bolsillo siempre termina decidiendo. ¡Ojalá tuviera yo la última palabra!.
ResponderEliminarMe ha encantado. Creo que es uno de esos libros con tintes de misterio que tanto me gustan, por lo que es muy probable que te lo pida prestado en breve^^
Un besote churrina
Puff es de los únicos libros que no fui capaz de terminar, lo tuve que dejar a medias porque se me hizo muy pesado... Quizá un día lo vuelva a coger a ver qué tal. Muy buena la reseña.
ResponderEliminarUn saludo
Te pasas? te espero ^_^
Pues yo creo que este libro no es para mi xD No me ha terminado de convencer nunca y ahora nena gracias a tu reseñaza sé que no... No podría con él. (Si, especialita, lo sabes xD)
ResponderEliminarGracias por la reseñaza amore! Y contenta de que lo hayas disfrutado tantísimo!
Muás! ;)
Ya lo habia visto pero no sabia de que iba, pero Omg! me llama mucho y la historia pinta genial!
ResponderEliminarYa esta en mi lista de deseos n.n
Genial reseña.
Besos
Es una novela genial no, es ESTUPENDA!! me alegro de que te haya gustado, yo desde luego seguro que lo releeré :P
ResponderEliminarHe estado muchas veces a un tris de pillarmelo pero siempre ves otro que te llama más...
ResponderEliminarA ver si algún día al final lo compro!
Besoss.
Me encantó este libro!!!
ResponderEliminarDe hecho es de mis favoritos, lo leí en nada y me metí completamente en la historia!
Y al final lloré un poquito, lo reconozco jejeje
Besotes
@Shorby jajaja
ResponderEliminarYo también lloré. Para qué mentir xD
Besotes a todos y gracias por comentar. Me alegro de que haya gustado la reseña :)
Le tengo unas ganas terribles desde hace bastante tiempo.Muchas gracia spor aclararme mi elección guapa., un besote y me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarExcelente reseña. También lo leí y me gustó mucho.
ResponderEliminarMe leí este libro cuando salió hace unos años y ME ENCANTÓ, así que como te imaginarás coincido contigo en todo.
ResponderEliminarMe ha encantado leer la reseña y recordar cosas de la trama, no me acordaba casi de nada *___*
PD: Yo también me emocioné con el final :P
Hola, me lo he leido en tres días y la verdad es que me ha encantado. ^_^
ResponderEliminares un libro esquisto que regresa el amor por la lectura a quienes les invade la monotonía de muchas lecturas modernas que llenan los estantes de hoy en día...
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar¿Un clásico?, ¡por favor! ¿En serio, un clásico?
ResponderEliminarLa novela me gustó, no está mal para ser un primer trabajo. Mas no por eso hay que cegarse y dejarse llevar por la simpatía que causa la historia. Ojalá la escritora de más obras, parece prometer. Sin embargo, pretender que este libro se convierta en un clásico, es pecar de inocencia.
Lo bueno de este mundillo es que cada uno tiene su opinión sobre las novelas que lee.
EliminarY a mí hacía tiempo que no me atrapaba tanto una y me dejaba con una sensación tan estupenda como hizo esta. Si me parece que tiene todas las papeletas para convertirse en un clásico con el paso de los años, es porque me transmitió lo mismo que clásicos consolidados de hoy en día.
Un saludo.
Agradezco me respondas, aunque no me satisface tal respuesta (lo digo sin afán de agredir).
EliminarMe parece que nos referimos a una idea diferente de "clásico", y quizá de ahí el desacuerdo. Yo pienso en clásicos de la literatura, pero sé que es válido hablar de clásicos de determinado género. Si se tratase de los primeros, mantengo mi postura, no concebiría esta novela entre ellos; si hablásemos de los segundos, por ejemplo: clásicos de la literatura de suspenso (o algún otro), admito que es posible su integración; sin embargo, no muy probable, ya que no nos ofrece nada que anteriormente no se haya desarrollado.
Saludos.
(Cosa aparte: Te recomiendo "El nombre de la rosa" de Umberto Eco, un probable -en el futuro- clásico de la novela gótica.) ;)
Amo el libro también!!! y me encanto la reseña! solo tiene un detallito, creo que revelas mas del libro de lo que se debería saber antes de leerlo.... pero lo demás esta bien :)
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