Título: El cuaderno de Maya
Autora: Isabel Allende
Editorial: Plaza Janés
ISBN: 978-84-01-35207-2
Año de publicación: 2011
Encuadernación: Tapa dura con solapas
Número de páginas: 443
Sinopsis
¿Qué Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un
enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en
Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una
isla al sur del mundo. Me pusieron Maya porque a mi Nini le atrae la India y a
mis padres no se les ocurrió otro nombre, aunque tuvieron nueve meses para
pensarlo. En hindi, maya significa “hechizo, ilusión, sueño”. Nada que ver con
mi carácter. Atila me calzaría mejor, porque donde pongo el pie no sale más
pasto.
Opinión personal
Nuestra
historia comienza en Berkeley, California, ciudad natal de nuestra
protagonista. Maya dice adiós a su Nini, su abuela, para embarcarse en un viaje
hacia el interior de Chile, para ser más exactos a una recóndita región llamada
Chiloé. No es un viaje de placer ni tampoco de negocios. Es una huída, un
intento por despistar a la mafia y al FBI, es un deseo de volver a nacer, de
rehacer la vida que la misma Maya fue destruyendo poco a poco.
Tengo
que decir que nunca había leído nada de Isabel Allende y sí, sé que es un
crimen, pero la verdad es que la autora no me había picado la curiosidad lo
suficiente para animarme con sus novelas. Tengo que admitir que hay ciertos
títulos que me llamaron la atención en su momento, como La casa de los espíritus, que finalmente terminé por olvidar. Tengo
que confesar que me costó horrores adaptarme al libro, dejándolo un par de
veces aparcado porque se me atragantó de una manera... Una de las razones fue
que me costó muchísimo acostumbrarme a las expresiones latinoamericanas. Pero
sobre todo lo que más me echaba para atrás es que la historia no terminaba de
convencerme, no me llamaba. Y después de aparcarlo dos veces y empezar con
otras lecturas, un día, demasiado aburrido y acalorado me puse con él otra vez.
Y
sí, la historia terminó por picarme la curiosidad. Es una novela en la que se
tratan todo tipo de temas: la familia, la adolescencia, las drogas, el sexo, la
soledad... En fin que hay para todos los gustos. La verdad es que la historia se sale de lo
que ido leyendo últimamente, y ni que decir tiene que ha sido como un soplo de
aire fresco.
Maya será la que nos cuente la historia de su vida en primera persona, intercalando narraciones del pasado y del momento en el que cuenta la historia durante su estancia en Chiloé. Conoceremos a una Maya de niña, dulce y divertida que vive con sus abuelos los mejores años de su vida. Su padre nunca tiene tiempo para ella y su madre la dejó a cargo de sus abuelos paternos para vivir una vida de azafata de altos vuelos. Con los años y lo que éstos traen consigo, la vida de Maya se va degenerando. La adolescencia no es una etapa fácil, y Maya lo sufrirá en sus propias carnes al inmiscuirse en las drogas y la delincuencia juvenil. Pese a lo grotesco del tema, no será su etapa más oscura ni la más complicada, localizándose éste en Las Vegas tras escaparse de su internamiento en Oregón. La vida de Maya se va complicando por momentos, viéndose obligada a realizar actividades como el tráfico de drogas y la prostitución, de las que se arrepentirá con toda su alma en un futuro.
Los vampiros conocíamos al vigilante de la puerta, un tipo de aspecto patibulario y cerebro de pollo, que nos dejó entrar a la fiesta sin hacer cuestión de la edad. La fábrica vibraba con el estruendo de la música y el desenfreno de una muchedumbre, títeres desarticulados, unos bailando o saltando, otros clavados en el suelo en estado catatónico, marcando el ritmo con la cabeza. Beber hasta perder la chaveta, fumar lo que no se podía inyectar, fornicar con quien estuviera más a mano y sin inhibiciones, de eso se trataba.
La chica nos mostrará estos oscuros retazos de su vida desde la tranquilidad de Chiloé, donde convive con Manuel, un viejo amigo de su abuela. Y es aquí donde el libro, desde mi humilde punto de vista, consigue transmitir más sentimientos. Cierto es que sorprende la crueldad y la realidad de su vida como adolescente problemática, pero la narración de las vidas de los isleños, con su paz, su tranquilidad y su humildad llenan el corazón del lector. Tanto es así que llegamos a sentirnos parte de la historia, sentimos el calor del hogar, el cariño hacia los turistas y las amables costumbres de los chilenos.
Mis días se han puesto más interesantes desde que comenzó la escuela. Antes era la gringuita, pero ahora que les enseño a los niños soy la tía Gringa. En Chile las personas mayores reciben el título de tío o tía, aunque no lo merezcan. Por respeto, yo debería decirle tío a Manuel, pero cuando llegué aquí no lo sabía y ahora es tarde. Estoy echando raíces en esta isla, nunca lo hubiera imaginado.
En invierno entramos a clases alrededor de las nueves de la mañana, de acuerdo a la luz y la lluvia. Me voy a la escuela trotando, acompañada por el Fákin, que me deja en la puerta y después se vuelve a la casa, donde está abrigado.
Puntuación
Aunque
es un libro precioso, no me sale de dentro ponerle una puntuación tan alta. Los
hechos que se cuentan me parecen muy
trágicos y desgraciadamente realistas. Todos sabemos que estas cosas existen,
que están ahí, como el hambre en el mundo, pero no somos del todo conscientes
de ello. Y cuando leo un libro quiero
que su historia me haga vibrar, que me emocione y que me transporte, no darme
malos ratos ni estar sufriendo por el protagonista. Leo para desconectar y para
divertirme, no para que la historia me deje tocada y hundida. En resumen, no me
va el drama.
La prosa de Allende hace que la historia fluya, hace que las páginas pasen solas sin apenas darnos cuenta. Y sí, ahora digo que me he animado a leer otros títulos de la autora.
En definitiva, la nota que le otorgo es:
Y después de tanta pereza veraniega intentamos ponernos con todo lo que tenemos atrasado: reseñas, entrevistas, novedades... Lo más difícil es empezar, el resto ESPEREMOS que salga solito.
Un besote y gracias por seguir ahí después de este parón.
Yo también lo acabo de leer y me pareció una historia muy realista, desgarradora y carente de sentimentalismos. Vamos, que lo disfruté bastante. ;)
ResponderEliminarNo sé si me animaré con este, aunque tengo pendiente volver a leer algo de la autora...
ResponderEliminarBesotes
Hace bastante que está n mi wishlist. Me encantan los dramas. A ver si lo leo prontito :)
ResponderEliminarBisous
Buena reseña nena ^__^
ResponderEliminarYo leí la primera parte de La casa de los espíritus hace unos buenos años, y me gustó bastante. No recuerdo haber tenido problemas con el idioma, así que una de dos: o en ese no se notaba, o lo han "transformado".
Y te lo recomiendo encarecidamente.
Anda que no nos está costando pillar el ritmo otra vez...
Gracias a todos por pasaros a pesar de lo poco que actualizamos :)
Besotes.
Me gustaría leerlo la verdad. Parece estar interesante. Un poquito de drama, de vez en cuando, no viene mal...xD
ResponderEliminarUn saludo.
Pues éste lo tengo apuntado, y a mí sí que me gustan las historias realistas y duras así que estoy segura de que me animaré con él:)
ResponderEliminar1beso!
ResponderEliminarA mi me llamaba bastante
y en el e-book lo tenía
así que ahora
me lo leo derechita
Puede que te resulte raro que así hable,
¡pero tranquila!
Son coñas mías y de la Cristy
y ahora algo que rime con able: ¡Sable!
Muchos besos,
buena reseña,
a por la siguiente voy directa
Tú y tus poementarios. Menos mal que Claire está avisada XD
EliminarBesicos, vasito de leche.